lunes, 13 de diciembre de 2010

el luchador



(foto: Gaston Cartasegna)

El fue y sigue siendo mi protector,el mago que cura la fiebre,que va corriendo a una farmacia en plena madrugada a comprarme analgesicos,el que aprende a cocinar solo para que yo no tengo que volver a casa despues de estudiar a hacerlo.
El es casi superman.O lo es del todo.
Es el que me dio la ultima moneda que le quedaba para que yo la malgastara en caramelos.El que este en donde este lo deja todo para buscarme.
Ese tipo es mi viejo y recien hace unos dias,a mis veintiseis años me percate que era un tipo grande y que tambien se cansaba.Que tambien le preocupaban muchas cosas pero no tenia tiempo para preocuparse de sus propios problemas.Confieso que me senti bastante despreciable,pero es que es tan dificil traspasar esa muralla tan segura,es dificil admitir que tu gran sosten puede necesitarte para un cambio de roles.
Pero me siento lista,aunque no le llegue ni a los pies.

3 comentarios:

Carito dijo...

un día nos damos cuenta que ya no son nuestro supereroe... que son débiles y que los años en ellos estan dejando marcas...

Creo que el día que nos damos cuenta, los empezamos a querer sin pensar en cambiar nada de ellos... y los aceptamos así al natural...

Gastón. dijo...

Muy bueno, un gran texto repleto de verdades.
Un beso.

Rocío dijo...

ayer me lo crucé muy de noche -cerca de la medianoche- caminando, volviendo de la casa de tu tía. No me vió, pero el diálogo con Dani, que estaba conmigo, fue el siguiente:
-Ahí va el papá de Eli
-Sí!
-Habría que filmar una película argentina con ese hombre
-Sí, de una...es un tipo increíble
(Y lo digo en serio, toda la fuerza...No sé para qué te reproduje ese diálogo, pero bueno, justo ayer lo vi y pensé en todo lo que significa Osvaldo para vos. Además, te extrañé todo el día amiga)