lunes, 22 de noviembre de 2010

puertas


¿Cuantos mundos permanecen burlando al tiempo,mientras este corre desenfrenado?
No podría precisar un numero exacto,pero los hay,son demasiados,hay puertas corredizas que llevan a sus caminos,están todas demasiado cerca,palpables,groseramente visibles.
Pero son pocos los que se aventuran en detenerse.
Entonces,también son pocas las personas con las que puedo comentar las maravillas de ese mundo hasta bien entrada la madrugada.
Después de la cena,abro una cajita dorada y salen cartas,entonces de repente,tengo diez años,barro en la cara y las rodillas sangrando.Soy FELIZ.
No me dejan hablar de mi abuela demasiado,yo se que se murió,pero los grandes tratan de que no escuche su nombre.Y yo trato de que no sepan que hablo con ella todos los días,quizás hasta se asusten.Entonces les cuento historias de muertos así van comprendiendome y el mantel de la mesa se llena de lágrimas.
En esos días,solo mi abuelo entendía bien de que estaba hablando y escribiendo,el también hablaba con ella,pero no se ocultaba,entonces los demás lo miraban de reojo pensando que deliraba,que estaba viejo y fingían no oírlo.
El estaba tan cerca de ella como cerca mio.
Por eso no me sorprendí demasiado cuando se fue en medio de un carnaval del noventa y seis.
Lo único que lamentaba era saber que no podría abrazarlo nunca mas.Pero me equivoque.
bastaba y seguirá bastando,cerrar los ojos para soñarlo,o abrirlos bien abiertos para encontrarlo en sus cartas y fotos,en su ropa alineada en el ropero,en el perfume añejo que baja desde el cielorraso y me lleva siempre a su encuentro.

No quisiera perder jamas el camino a esas puertas.