lunes, 9 de junio de 2008

capitulo 68...

gente,leyendo nuevamente el capitulo que esta al pie del blog(uno de mis favoritos de rayuela)precisamente porque nos invita a jugar con las palabras y los sentidos,se me ocurrió que cada uno que lo desee podría modificarlo.
yo cambie la primer oración.El que quiera puede hacer el resto con una oración o con todo el texto, a ver que guapos son eh??
ahí va el texto:



Apenas él le besaba la nuca, a ella se le agolpaba el deseo y caían en besos, en salvajes orgasmos, en gemidos exasperantes.... Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.