sábado, 31 de julio de 2010

silencio


Hablar me da miedo, porque sin decir nunca suficiente digo siempre demasiado.
Jacques Derrida




Me atare el corazón una vez mas,no me veras llorar nunca mas.Seguiré olvidando hasta realmente creermelo.
Buscare en la ciudad inmensa una baldosa rota que al levantarla guarde bichitos de humedad,iré al río a que mi pelo vuele,tratare de encontrar el sol cuando anochezca y adivinare la luna tras los rascacielos.Sin embargo perteneceré también ahí,porque estoy hecha de tantas sustancias que no se de donde provengo.
Y soy tan mala conmigo que no me permito necesitarte.

Soy una mujer hecha de lenguaje, no de huesos, sangre y dientes, sino de palabras, versos, frases, prosa, diálogos, mensajes, caligrafías. Para bien y para mal. Esa innombrable fijación de nombrarte todo el día, y exclamar canciones, notas que desentonan con mi dentro, con mi fuera y con mi lejos y mi cerca y mis ganas de mirarte con los ojos...


y tocar tu espalda que yo beso como espuma, como agua, como el vaho de un espejo en el baño.
Esa sombra de tu sombra que me alerta, me despierta, me atormenta, me corteja, se desliza por la mano en las palabras, en los dedos del engaño de la pluma, de la elipsis y metáfora y anáfora y tu tiempo de ciempiés correcaminos, vos sin pies corres caminos y alcanzás el fin del mundo, me haces agua, me deshaces como tierra, me desarmas.
cómo encanta tu mirada, el trapecio de tu espalda y tus piernas, y esta prosa que no alcanza a ser prosa, que no cuenta casi nada, que es silencio maquillado, envejecido, disfrazado de tu cuerpo y qué silencio son tus labios, qué silencio la poesía, qué silencio el infinito, el universo, qué silencio, qué silencio tu nariz, tus bostezos, qué silencio los bosquejos de mi letra, un silencio enmortecido, enrrojecido, enlutado, qué silencio son los gritos y los grillos de mi baño, qué silencio que se acalla, que se amarra, se decanta y que se calla, qué silencio. Qué silencio. Ssshhh.