Ahora la Maga miraba desde el balcón la calle bulliciosa,la mirada perdida,queriendo olvidar,buscando no pensar,no recordar lo gritos de la ultima pelea.
su figura se recortaba como un espejismo sobre el resplandor del sol de mediodía.
rocamadour lloraba en el cuarto reclamando su almuerzo o tal vez había regresado la fiebre...
La Maga miraba la calle.
Algo esperaba,tal vez el invierno y el viento frío del río...Como saberlo?
Ahora era verano en la ciudad y los turistas pululaban las calles.Me daban ganas de tomar esa mano suspendida en el aire y decirle:-"Maga...vamos?" Y llevarla,llevarla toda,con sus pensamientos,su ignorancia y su terrible sabiduria,y su hijo...Con su delgadez,con el pelo que se le desmayaba por la espalda,llevarla a los muelles,al puerto a alimentar a las gaviotas hambrientas aunque solo nos quedaron unos pocos pesos para todo el mes.
Pero no Horacio,no vuelvas a poetizar.
La Maga esta del otro lado del rio,Horacio,tonto Horacio.
No puedes alcanzarlos,tus ojos estan demasiado abiertos,no puedes cerrarlos como solamente lo hace ella,para ver sin ver,para amar sin herir,sin establecer un falso orden,con principios y fines inconclusos,con ese modo de cuidar a su hijo,con su cuerpo vestido de amarillo,el color que segun la Maga tiene mi risa,Horacio.
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